Un fósil del Jurásico podría ayudar a explicar en qué momento de la evolución las aves empezaron a volar
Las aves como las conocemos pasaron por un largo proceso evolutivo de millones de años. Curiosamente, y por increíble que suene, estas obtuvieron su transformación a partir de los reptiles, más concretamente los dinosaurios. Por eso un fósil analizado recientemente puede ayudar a resolver varias dudas de ese proceso.
Un equipo internacional de investigadores estudió las plumas del fósil de un pequeño ser llamado Anchiornis. Esta especie era diminuta con un peso de no más de 110 gramos y una altura menor a 34 centímetros. Lo que llamó la atención es que su existencia podía estar relacionada con la primera ave conocida de la historia, el Archaeopteryx.
Tal y como señala la investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, este pequeño recorría los suelos de China hace aproximadamente 160 millones de años. Además, contaba con cuatros alas en su cuerpo.
Se creía que de poder estudiar al Anchiornis, se iba a poder dar con un “eslabón” en la transición evolutiva de dinosaurios a aves. Por eso los científicos se dieron a la tarea de analizar molecularmente sus plumas para descubrir en qué momento estos animales aprendieron a volar.
¿Qué aporta este descubrimiento?
Los investigadores tomaron en cuenta la presencia de beta-queratina en piel, garras, picos y plumas en las aves de hoy. En las últimas la proteína es un poco más pequeña, lo que las hace más flexibles y adecuadas para volar.
Después de un análisis, encontraron que el Anchiornis contaba tanto con alfa-queratina como beta-queratina. La alfa-queratina se puede encontrar en casi todos los seres vivos, pero en las aves suele poca su cantidad. Así, se dieron cuenta que las plumas del Anchiornis estaban iniciando un proceso de adaptación. Básicamente las plumas estaban empezando a distinguirse claramente de otros tejidos.
Una de los autores, Mary Schweitzer, describió qué se logró saber después del análisis:
Los relojes moleculares que los científicos utilizan como puntos de referencia para la divergencia genética y evolutiva, predijeron que las plumas de vuelo funcionales evolucionaron hace unos 145 millones de años. El Anchiornis es millones de años más viejo, pero tiene la forma de proteína acortada. Este trabajo muestra que podemos utilizar datos de fósiles moleculares para mejorar los relojes moleculares y mejorar su precisión”.
En otras palabras, los anchioris representaron un punto vital para la evolución de las plumas actuales. Esto permitió que el Archaeopteryx y las posteriores especies que existieron fueran capaces de volar.
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