Encontrar planetas en otros sistemas solares, sigue siendo una tarea muy complicada para los astrónomos: es difícil verlos directamente porque en general la luz de sus estrellas los opaca.
Así que lo más común es usar técnicas indirectas de observación, aunque en 2008 un grupo de astrónomos informó que habían obtenido imágenes directas de un exoplaneta orbitando una estrella.
Un anillo para gobernarlos a todos
Fomalhaut es una estrella a 25 años luz de distancia, tiene el doble de tamaño que el Sol, pero es casi 20 veces más brillante.
Para observar estrellas lejanas y luminosas, los astrónomos usan un coronógrafo, que es aparato que las eclipsa artificialmente y permite ver las cosas que las rodean.
Así sabemos que alrededor de Fomalhaut hay un anillo protoplanetario: así que es una estrella que tiene un sistema solar en proceso de formación.
En este anillo, cuya imagen tomada por el coronógrafo se ve muy parecida al Ojo de Sauron, se identificó un objeto orbitando que se pensó era un exoplaneta.
Planeta excéntrico
La observación de ese exoplaneta, llamado provisionalmente Fomalhaut b y luego Dagon era algo inédito: se hizo con un telescopio óptico, el Hubble.
Eso indicaba que era un objeto muy grande: se calculó que su tamaño era tres veces mayor al de Júpiter, el planeta gigante de este sistema solar.
Pero cuando se hicieron observaciones en otras longitudes de onda que no corresponden a la luz visible, en infrarrojo, el planeta Dagon no podía observar. Eso les dio una pista a los astrónomos: que quizá tenía menos masa de la que se calculó inicialmente.
Pero había otras señales que indicaban que Dagon tal vez no era exactamente lo que se pensaba: aunque circulaba alrededor de Fomalhaut, lo hacía con una órbita muy excéntrica: es decir que se desviaba mucho de la trayectoria esperada.
Ahora lo ves, ahora no lo ves
Siempre es interesante estudiar exoplanetas, pero cuando involucran un misterio como el de Dagon, eso se vuelve más atrayente.
Por esa razón varios grupos de astrónomos a lo largo de los años siguieron buscando explicar qué pasaba con él: se propuso que era un planeta más pequeño, pero que se veía más grande porque estaba rodeado de una nube de polvo.
Hasta que en 2014 fue prácticamente imposible observar a Dagon orbitando a Fomalhaut: ¿es que nunca existió o solo desapareció?
Con lo que sabemos ahora, aunque lo parecía, Dagon nunca fue un planeta ni pequeño, ni grande, sino una enorme nube de polvo, producto del choque de otros objetos en el anillo protoplanetario de Fomalhaut y que se terminó dispersando.
Pero no estemos tristes por el planeta que no fue, mejor celebremos que gracias a esas observaciones hemos aprendido más de la formación de un sistema solar y eso nos ayuda a saber más sobre cómo se formó el nuestro.
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