Japón tampoco quiere depender de China en tierras raras. Así que va a buscarlas hasta en el fondo del océano
Ni tierras, ni raras, pero sí importantes. Importantísimas. Las conocidas como "tierras raras" —nombre que, si bien ha hecho fortuna, capta mal qué son en realidad este conjunto de 17 elementos químicos— resultan cruciales para un amplio abanico de aplicaciones tecnológicas que van desde el desarrollo de motores para vehículos eléctricos a turbinas eólicas o instrumental astronómico. Japón lo sabe y por eso quiere minimizar su dependencia de las exportaciones, sobre todo de China, país referente en el sector y con el que Tokio mantiene una relación no exenta de tiranteces . Para lograrlo en Tokio están dispuestos a poner toda la carne en el asador. El lecho marino, la solución . En su búsqueda de una fuente de recursos propia, las autoridades japonesas se han fijado en el lecho marino de un área situada frente a la isla de Minami-Torishima , un atolón coralino del Pacífico localizada a aproximadamente 1.900 kilómetros al sureste de Tokio. En concreto, lo que quiere es el